¿Y nuestro futuro dónde está? Prospectiva estratégica y acción para después del COVID-19

Una de las grandes interrogantes que ha surgido a partir de la contingencia generada por el COVID-19 se refiere a cuáles serán las condiciones y ambiente que se presentará al término de la aplicación de las fases y se reanuden las actividades. Todos desean contar con una bola de cristal que permitiera conocer ese futuro que se avecina y poder estar preparado para, en primer lugar, sobrevivir y establecer las bases, para que en un segundo momento se pueda alcanzar una posición de desarrollo y de competitividad que asegure la sustentabilidad de la empresa y la generación de condiciones de bienestar para las personas, organizaciones, empresas, regiones y el país.

El desarrollar procesos y ejercicios de prospectiva pueden ser de gran utilidad para que sirva de insumo y orientación a una planeación estratégica efectiva. Hay que recordar que en este tipo de ejercicios se establecen diferentes tipos de escenarios (tendenciales, catastróficos, probables y deseables) que permiten generar información útil para la toma de decisiones. Pero ¿Por qué realizar nuevos ejercicios si ya se tienen otros anteriores? Una respuesta para dedicar tiempo y recursos se deriva de las nuevas condiciones y premisas que serían introducidas en los análisis: la aparición de una pandemia tiene que integrarse en estos ejercicios. Es decir, el contemplar la aparición y rebrotes de alguna pandemia que propicie la aplicación de medidas de seguridad que impacten las actividades esenciales de las personas, organizaciones, empresas, sectores económicos y sociales.

Lo relevante es la revisión del efecto sistémico que tiene este análisis de prospectiva y los impactos cruzados que se pueden producir en cada uno de los diferentes escenarios. Tomar siempre en cuenta, que es en el presente donde se toman las decisiones, el pasado y las tendencias brindan información de referencia, y los escenarios son como señales luminosas de orientación para que al final, a través de las acciones que se tomen, se construya el futuro deseable y no simplemente se llegue al futuro al que fuimos arrastrados y al que no se entiende ni se puede aprovechar para alcanzar un alto nivel de desarrollo. Siempre se ha dicho que para prever el futuro se requiere de utilizar nuestra parte racional al tiempo que se permite la intervención de nuestra intuición como seres humanos, en donde se invita a utilizar tanto el hemisferio derecho (pensamiento analítico) como el hemisferio izquierdo (imaginación, pensamiento divergente) del cerebro.

Prospectiva-Visión-Planeación-Acción: No es suficiente con solamente pensar en el futuro e identificar las visiones alternativas, es necesario realizar el trabajo de planeación, alineado a la misión de la empresa que permita establecer las acciones a realizar derivadas de una toma de decisiones consiente y fundamentada. Las acciones son fundamentales; No vaya a suceder que al tener una visión se deje en el terreno de los sueños por no contar con la decisión, estructura y recursos necesarios para alcanzarla. Se debe incluir en cada decisión la evaluación y medición del impacto que tendrá en la persona, familia, empresa y comunidad. La mejor decisión es la que construye un entorno de mayor desarrollo integral, participativo e incluyente. La decisión personal y empresarial contribuye a la generación de riqueza para la región, la cual se distribuye a través de sus procesos e intercambios a lo largo de toda la población.

León es una ciudad acostumbrada a hacerse a sí misma. Muchas dificultades, crisis, desastres naturales y pandemias han sido superadas en el pasado. Existe el corazón y la inteligencia para salir adelante fortalecido y con mejores condiciones. En León, se ha contado con hombres y mujeres de talento y empuje para lograr que las cosas sucedan. Recordando algunos ejemplos (no son limitativos porque hay muchos a lo largo del tiempo y de diferentes sectores. No existían prótesis de titanio y el Dr. Alberto Aranda de la Parra reconstruía un codo utilizando el hueso de una pata de guajolote (pavo); el Dr. Daniel Malacara Hernández que derivado de sus desarrollos en materia de óptica y dado su prestigio consigue para la ciudad el establecimiento de uno de los mejores centros de investigación, el CIO (Centro de Investigaciones en Óptica); a la Asociación de Industriales de Guanajuato, que bajo su liderazgo se logra el primer plan de largo plazo para el desarrollo del estado (Guanajuato Siglo XXI) que ha permitido mejorar y pasar de ser uno de los estados menos atractivos y desarrollados a un ejemplo de desarrollo a nivel nacional e internacional; María Eloísa Jiménez Gutiérrez con sus pinturas que la convirtieron en la Miniaturista de América en épocas sociales y económicas muy complicadas. Puedo seguir enunciando y revisando cada empresa, negocio, templo, colegio, proyecto realizado en León y encontrar ese corazón y ese talento que ha llevado a salir adelante.

Hacer prospectiva en estos días es fundamental para poder diseñar las estrategias que permitan pasar de una perspectiva de catástrofe a una de oportunidad; una de pesimismo a una de retos por lograr. Recordar una frase que reconoce lo que se ha hecho en León “sí nuestros padres y abuelos pudieron superar los retos que tuvieron, nosotros por que no”. Explorar, pensar, decidir y actuar, son las acciones que se demandan el día de hoy. Tomemos el reto y pongamos el corazón y el talento para superarlo. Retomando la frase del Club León, ¡Vamos a Volver!

Adriana Maldonado Jiménez

Fernando Herrera Pons