Y ahora qué…
Publicado por el 13 de abril de 2020 en Género
Pues aquí estamos, en medio de una pandemia que ni en nuestras peores pesadillas nos habríamos visto inmersos con nuestras pequeñas familias… y siguiendo las noticias para ver qué sigue…y tratando de organizar nuestras vidas un día a la vez… tratando de entender que pasó y porqué pasó…nadie sabe eso a ciencia cierta… o quizás si pero eso no lo sabremos jamás…pero el punto es que estamos en el mayor nivel de vulnerabilidad que puede existir….
Y si…pudiéramos rebobinar nuestra vida… y si pudiéramos ver en que punto nos perdimos …. y si pudiéramos ver con total certeza porque nos volvimos tan vulnerables….quizás ahí encontraríamos algunas respuestas…
En mi caso particular, nací con una condición muy particular…”persistencia de conducto arterioso” y en palabras simples, traía mal conectados los cables (como me dijeron los doctores a los 4 años, según me dicen). A los 5 me operaron en el antiguo hospital Centro Médico de IMSS. Toda una hazaña en aquellos años (1973). Eso me llevó a cuidar de mi salud permanentemente. Sin embargo, cualquier enfermedad que le daba a mis hermanos, a mi me daba también. Recuerdo que toda mi infancia era en hospitales y en cama con temperatura. Hasta que llegó un momento en la adolescencia que dejé de enfermar. La sola idea de volver a un hospital o a la cama con temperatura, provocó que EXTREMARA PRECAUCIONES: no al alcohol y al tabaco, ni a cualquier otra actividad que pudiera provocar un daño a mi salud ( socialmente no era aceptada por no tomar alcohol o fumar). Trataba de comer sano, dormir lo mejor que podía, hacer ejercicio, en fin, cero riesgos a mi salud…bueno, salvo las desveladas de estudiante en la universidad y en la maestría en el extranjero… Cuando me embaracé, la sola idea de recaer por mi condición de nacimiento me asustaba, hasta que mi ginecólogo me aseguró que mi problema de nacimiento era congénito y las probabilidades de que mi bebé lo presentara eran muy bajas. Eso me tranquilizó. Sin embargo, EXTREME PRECAUCIONES, para salir bien del proceso y del hospital: aprender a cuidar mi embarazo sanamente, mi alimentación, horas de dormir, ejercicio, limpieza, higiene, etc. Aquí empecé a meditar. Al cumplir cuarenta comenzamos a ahorrar, o mejor dicho, dejar de gastar tanto, con un trabajo estable pues estábamos a muy buen tiempo de tener recursos para una vejez tranquila.
Desde los 30 comencé a trabajar de medio tiempo pues quería dedicarle a mi hija el mayor tiempo posible, lo que me llevo al Home Office (muy mal visto en esa época porque si no salías de tu casa y trabajabas en una oficina eras prácticamente ama de casa y cero profesional). Realmente fue complicado organizar el día para cumplir con todo SIN distracciones familiares y de la casa. Todo un reto sin tecnología que ayudara. En fin, después de unos meses dominé el arte del Home Office. A eso le sumé mi deseo de seguir actualizándome, y tomé un MBA en línea en el Tec de Monterrey (bendito sistema en línea que aunque en pañales en esa época, me ayudó con mis múltiples actividades), muy rechazado en aquel entonces pues lo presencial era lo mejor (según decían)..años después la Maestría en Innovación también en línea en el Tec de Monterrey (otra vez bendito sistema, ya muy bien diseñado y estructurado y de gran alcance) y aquí pude reforzar mis habilidades de aprendizaje en línea…y yo seguí con mi trabajo de medio tiempo en Home Office que seguía siendo mal visto por “no trabajar en una empresa”…
Años después, nos encontramos aquí…en una pandemia…con un mundo paralizado…tratando de llegar a un punto de equilibrio en todas las actividades personales, familiares, profesionales y con perfección…y en un solo lugar…todo un arte a dominar…
A mi me regresó a esos momentos de alerta…A EXTREMAR PRECAUCIONES y a quedarnos en casa…
Hemos tratado de tener una vida sana siempre, sin adicciones y sin visitas al doctor a menos que sea de rutina…y sin embargo, no sabemos (y nadie sabe) como va a reaccionar nuestro organismo ante ese virus…nuestros proyectos se pospusieron y nuestros ingresos se pararon, y pues a hacer uso de esos recursos para la vejez (los bienes son para remediar los males, como decía mi papá qepd)…estamos fortaleciendo nuestras habilidades ya muy estructuradas de home office y aprovechando el tiempo preparándonos para lo que viene…Realmente nos tomó por sorpresa como a todos pero quizás en un punto que nos permite dar gracias a Dios día a día por tener lo necesario para poder llevar esta cuarentena, cumpliendo con todos los compromisos contraídos con anterioridad y SIN despedir a nadie y sin deber a nuestros proveedores… y listos para arrancar en cuanto se nos permita hacerlo, esperando que nuestro estado de salud resista la nueva convivencia con el virus en nuestro nuevo día a día …
Creo que es momento de rebobinar y tratar de ver en donde nos hicimos vulnerables para poder entender y saber qué hacer y movernos hacia un estado de menos vulnerabilidad…ahora tu “buena salud será tu mejor asset”…
Un abrazo virtual y permanezcan en casa!
Adriana Maldonado