Igualdad de género, un llamado a la acción

Una constante de nuestros días es la búsqueda que generar las condiciones propicias para el pleno desarrollo de todo ser humano. Derivado de esta necesidad, es importante conocer y tomar acciones sobre los factores que pueden coartar o limitar el desarrollo pleno y deseado por niñas y mujeres. Es conocido las limitaciones que se han impuesto al desarrollo personal y al juego en diferentes roles a los cuales pueden desear participar y triunfar. Las etiquetas impuestas, ya sean por tradiciones o ahora por los nuevos grupos sociales, mutilan en ocasiones la libertad de elección que cada una de ellas tiene, incluso el gran reto que impone que la edad ideal para ser madres coincide con la edad de mayor desarrollo profesional como un ejemplo. La mejor forma de apoyar es no imponiendo estigmas ni modelos, sino acompañando en la búsqueda del verdadero yo que cada una (mujer o niña) quiere ser.

Se reconoce que la simple declaración de igualdad no es suficiente, se deben establecer los criterios y programas que lo permitan, favorecer los programas de inclusión y los que tiene la finalidad de proporcionar los elementos de equidad para entender y atender las diferencias que en cada caso se presentan para que no sean limitativas, sino por el contrario, conformen parte de la plataforma de desarrollo que potencie las capacidades y oriente las acciones al logro de las metas y objetivos deseados.

La familia, las empresas y la sociedad de general no pueden cerrar los ojos y no actuar en favor de sus niñas y mujeres; no es válido señalar que así son las cosas, porque al final, las cosas son como las vamos construyendo. Se debe actuar para acompañar y asegurar que todo su potencial sea alcanzado; en ayudar a encontrar la solución cuando se genera un conflicto por el tiempo y el espacio para lograr uno o varios objetivos personales. El impulsar todos los días el pensamiento de que pueden lograr lo que desean, que son pocas las limitaciones reales, la mayoría no son reales, o vienen de permitir que alguien señale que no se puede lograr o hacer. Hace unos meses una frase en donde señalaba que una niña debe elegir entre ser princesa o ser ingeniera o gente de ciencia. Se observa de entrada el generar limitaciones en alcanzar lo mejor que cada una de esas posiciones puede tener en ellas; el saber soñar y al mismo tiempo el saber prepararse y trabajar para que las cosas que sueñan sean realidad. El desarrollo personal no debe estar separado del desarrollo profesional y al mismo tiempo de su desarrollo integral como ser humano.

Tomando de nuevo la idea de que la familia, las empresa y la sociedad deben de poder proveer de los esquemas para el desarrollo; un ejemplo de ellos son los programas STEM para las niñas y jóvenes estudiantes para que incursiones y triunfen en las áreas de ingeniería y ciencias; no se observa en ningún momento que deban dejar de hacer otras actividades que pueden disfrutar y que las complementan en terrenos de las artes y los deportes (una gran ingeniera que disfruta de tocar instrumentos musicales, de bailar, de pintar, de jugar voleibol, futbol, gimnasia o natación), donde está la limitación real, se puede observar que en ningún lado. Si desea ser chef, astronauta, médico, artista, o madre de familia, lo pueda hacer. Lo importante es que sea una decisión personal y que en su entorno se encuentre las condiciones propicias para que ellas lo puedan realizar y hacerlo de forma exitosa.

Por todo lo expresado es importante que cada día se construyan acciones para que puedan tomar sus propias decisiones, que puedan encontrar espacios sin violencias o limitaciones solamente por ser mujeres y que no tienen ningún sentido, que puedan viajar sin ser molestadas o agredidas, que la sociedad no utilice frases despectivas o que las marquen, el contar con redes sociales que construyan y no destruyan, escuelas y universidades en donde se reconozca su potencial y se establezcan los programas adecuados para que desarrollen sus competencias, de manera especial que todos contribuyan a crear en ellas un alta autoestima, un sentido de logro y el reconocer el gran valor que cada una tiene y que por lo tanto nadie debe atentar contra el gran tesoro que cada una representa y que nadie debe lastimar su dignidad, limitar su desarrollo o felicidad y mucho menos el ser lastimadas física o emocionalmente. Ninguna corriente (tradicional o contemporánea) está por encima del bienestar de cada niña y mujer, que cada una son únicas e irrepetibles, por lo que el Mundo necesita de cada una de ellas; y las necesita en su máximo manifestación en donde su felicidad es el gran indicador de éxito.

La sociedad requiere de brindar protección y atención a sus niñas y mujeres, debe de estar y trabajar con ellas y para ellas. No se puede tener una sociedad exitosa si la mitad de su población no es feliz porque su desarrollo ha sido limitado. Recordemos que el éxito es diferente para cada uno de nosotros, por eso no debemos permitir que ningún grupo ponga las etiquetas y las imponga a los demás. El gran reto de cada persona es lograr su máximo potencial, el dar lo mejor a su sociedad al tiempo que alcanza la mayor realización y la máxima felicidad.

Antes de terminar una idea importante a resaltar es que como grupo las mujeres y las niñas deben cuidarse y apoyarse. No creer que el ser competitivo está basado en destruir a las demás, sino por el contrario, ser capaces de colaborar y competir para alcanzar grandes metas, el lograr ser cada día mejores dentro de un marco de fraternidad y compañerismo. Los resultados son importantes, pero los cómo alcanzarlos también son importantes. Lo bueno trae lo bueno; no abusar del bueno, sino defender a la que es buena y actúa de forma correcta. Cuando se cae en la trampa de solamente ganar, cueste lo que cueste, lleva a crear una sociedad como la que tenemos en donde al final solamente hay perdedores. Repito lo bueno trae lo bueno, si lo acompañamos de una alta motivación, estrategia y acciones para lograrlo, pronto se verán los resultados con una sociedad mejor con niñas y mujeres triunfadoras que saben colaborar y solidarizarse unas con otras, así como con los mejores intereses de su comunidad.

Trabajemos por el bienestar de cada niña y mujer para lograr una verdadera comunidad colabora y una sociedad que alcanza el éxito porque cada miembro logra su máximo potencial y su máxima felicidad.